Los meniscos de la rodilla son propensos a sufrir lesiones, la cual es un padecimiento común y puede ser causada por cualquier actividad que haga que esta gire con fuerza. A continuación podrás conocer qué son, qué lo causa y sus principales síntomas.
¿Qué son los meniscos?
Los meniscos son bandas en forma de media luna adheridas a la espinilla, actúan como amortiguadores que absorben el impacto y permiten estabilizar los movimientos de la rodilla. Hay un menisco en cada rodilla, el medial en el interior, y el lateral en el exterior
Una lesión de meniscos es frecuente y puede ocurrir al practicar algún deporte o por el efecto degenerativo de la rodilla. Existen diversos grados y en casos más altos, puede que se afecten otras partes cercanas como un esguince, o un desgarro del ligamento cruzado anterior.
Síntomas de una lesión de meniscos
Al igual que cualquier lesión, una ruptura de meniscos causa dolor agudo, hinchazón y rigidez. Según la intensidad se puede dificultar el movimiento de la rodilla y tener problemas para extenderla. El dolor por una ruptura de los meniscos puede sentirse a lo largo de la línea de la articulación de la rodilla y aumenta cada vez que se intenta moverla.
Algunos signos adicionales que te ayudarán a identificar si has sufrido una lesión por meniscos son:
Dificultad para caminar
Hinchazón o rigidez que va y vuelve en la articulación de la rodilla
Dolor intenso o agudo que se hace presente al girar la rodilla
Sensación de bloqueo o dificultad para extenderla por completo
Causas de una lesión en los meniscos de la rodilla
Es frecuente que las personas mayores tengan lesiones en los meniscos pues a medida que avanza la edad, estos se vuelven más quebradizos y menos flexibles. Sin embargo, es una lesión que afecta a todas las edades.
Estos desgarros ocurren tras torcer o girar la rodilla cuando está doblada y el pie ejerciendo la fuerza en el piso. Esto suele pasar cuando:
- Al jugar un deporte de contacto como fútbol o baloncesto en el que el movimiento de la rodilla y el peso del cuerpo puede ser abrupto.
- Hacer cambios repentinos de dirección, disminuir o aumentar la velocidad de movimientos.
- Ejercer una presión alta sobre la rodilla.
- Arrodillarse, ponerse en cuclillas o levantar objetos pesados
Si practicas algún deporte o estás en una edad avanzada será posible que lesionar los meniscos de la rodilla. Si sientes algún dolor persistente o incapacidad para moverla deberás asistir al ortopedista para que atienda, diagnostique y te ayude a tratar tu rodilla.